Roscón de Reyes

Masa Madre:
150 g de harina de fuerza
100 ml de leche entera tibia
1 cucharadita de azúcar
12,5 gr de levadura prensada de panadería
550 g de harina de fuerza
100 ml de leche entera tibia (masa roscón)
25 g de levadura fresca de panadería 
3 huevos (masa roscón)
La ralladura de una naranja y un limón
100 g de mantequilla en pomada (masa roscón)
30 ml de agua de Azahar
2 cucharadas de ron añejo
Una cucharada de esencia de vainilla
200 g de azúcar
1/2 cucharada de sal (masa roscón)


Decoración:
2 Huevos
1 cuchadara de leche
100 g de azúcar
2 cucharadas de agua
150 g de almendras


El día 6 de enero, festividad de los Reyes Magos, no debe faltar en ningún hogar un roscón o los Reyes podrían enfadarse y ya sabéis que significa eso… ¡carbón! Al parecer su origen se remonta a la civilización romana, hacía referencia a las saturnales, unas fiestas locales en las que los romanos celebraban que los días se hacían más largos tras el solsticio de invierno. Ya en el siglo XII en España se le llamaba “Rey de la Faba” porque se designaba rey por un día al niño que encontraba el haba en el roscón, por eso el pequeño regalito o sorpresa dentro del bollo. La forma de rosco también tiene su por qué, imita a la corona real de los Reyes y hace que todas las partes del bollo queden bien tostadas y de forma similar. 

PREPARACIÓN DE LA MASA MADRE:

Lo primero que tenemos que tener presente a la hora de hacer un Roscón de Reyes es que es una receta que lleva su tiempo, la paciencia es importante para que salga de rechupete. Vamos a preparar dos roscones, ya que vamos a pasar casi 4 horas cocinando que nos cunda el tiempo.

Hay muchas recetas de roscón de reyes y por experiencia la mejor es con masa madre rápida. No es la masa madre normal pues vamos a introducir un acelerante, que es levadura prensada de panadería, pero si tenéis tiempo podéis preparar la masa madre en casa. La levadura prensada de panadería la compro en Mercadona (marca Levital 0,39 €), es fresca y debeis tenerla en la nevera entre 0º y 10º. Hay que emplear unos 25 g por cada 500 g de harina, en este caso he subido la medida a 30 g por 500 g para que quede más esponjoso, pero si lo queréis más compacto seguid la medida anterior.

Ponemos en un cuenco pequeño la leche tibia o templada y diluímos en ella la levadura prensada de panadería. En otro cuenco echamos la harina de fuerza, hacemos un hueco en el centro y añadimos la leche con la levadura desleída. Mezclamos bien con una cuchara o tenedor y luego seguimos mezclando con las manos. Hacemos una bola tal como os muestro en las fotos y rajamos con un cuchillo afilado haciendo una cruz en la parte de arriba como si fuese un pan de horno, con la cruz conseguimos que se rompa la masa y suba antes.

Buscamos un bol grande y lo llenamos con agua tibia. Sumergimos la bola de masa madre que caerá hasta el fondo. Cuando pasen unos 10 minutos la masa deberá subir y doblar su tamaño (ayudada por el agua tibia).

Cuando esté flotando ya se puede utilizar para incorporar a la masa que os explico a continuación. La retiramos del bol y reservamos en un cuenco para añadirla a la masa del roscón.

PREPARACIÓN DE LA MASA DEL ROSCÓN DE REIS, AMASADO Y PREVIO HORNO:

Para preparar la masa base ponemos en un bol grande o cazuela (yo empleé la más grande de casa) el resto de harina de fuerza previamente tamizada (para evitar que lleve impurezas). Dejamos unas 4 cucharadas de harina separadas para ir engordando la masa.

Lavamos bien un limón y una naranja, secamos y rallamos los dos sin que tenga nada de blanco, que si no amarga. Reservamos en un plato para añadir a los huevos.

Mezclamos en otro cuenco los huevos con el azúcar, la leche, la ralladura del limón y naranja, la cucharada de esencia de vainilla, la sal y la cucharada de ron. Batimos enérgicamente hasta que blanqueen los huevos y esté todo totalmente integrado. Yo lo hago con la batidora eléctrica, en menos de un minuto tienes todo listo.

En el centro de la harina hacemos un hoyo con una cuchara y echamos la mezcla anterior. Batimos con una cuchara de madera desde el centro hacia afuera y vamos poco a poco mezclando con la harina.
Añadimos la mantequilla a temperatura ambiente, el agua de azahar y la masa madre que tenemos reservada. Seguimos removiendo lo que empieza a ser la masa durante unos 5 minutos. Por ahora será una mezcla pegajosa pero firme.
Preparamos la zona donde vamos a amasar, por ejemplo la encimera de la cocina es perfecta. Llenamos la zona de la encimera de harina o con un poco de aceite (depende de la practica que tengáis a la hora de amasar, si es la primera vez con aceite), sacamos la masa del bol y empezamos a trabajar la masa con las manos. Comenzamos a amasar con las manos aceitadas.

Poco a poco podremos manipular la masa con más rapidez, se irá quedando elástica y homogénea. Este proceso tarda unos 10 minutos.

Vamos tornando la masa en una bola. Cogemos el anterior bol y lo enharinamos. Introducimos la bola de masa en él. Tapamos el bol con un trapo de algodón durante unas 3 horas. Cuanto más frío más le costará a la masa crecer y más esponjoso quedará luego el roscón, yo lo suelo dejar en el bol al lado del radiador pero en otra ocasión lo preparé por la noche y lo dejé en la nevera unas 12 horas, a la mañana siguiente estaba perfecto. Podéis hacerlo de las 2 maneras aunque os recomiendo la de las tres‐cuatro horas, al cabo de ese tiempo la masa habrá doblado su tamaño y podremos empezar a preparar los roscones de Reyes.

Una vez pasado ese tiempo y que la masa ha duplicado su volumen, la dividimos en dos y le damos forma debola. Dejamos reposar las bolas otros cinco minutillos.

PREPARACIÓN FINAL DEL ROSCÓN, HORNEADO Y PRESENTACIÓN:

Vamos a darle forma al roscón introduciendo los dedos en el centro y vamos agrandando el agujero hasta que adquiera la dimensión que queramos. Podéis poner un vaso previamente aceitado en medio para que no se cierre la masa y luego lo quitáis cuando vaya al horno.Tal como veis en la foto salen dos roscones medianos, nos os preocupéis si parece que son delgaditos ya que tienen que duplicar su tamaño.
Ahora es cuando podéis colar la sorpresa, la tradición manda un haba o una moneda pero últimamente se ven figuritas de porcelana o cristal, eso ya es cosa de cada uno pero no os olvidéis de envolverlo en papel film para que no se llene de masa. Una vez dada la forma e introducido el detalle, colocamos sobre una bandeja de horno en la que habremos puesto papel vegetal o parafinado y lo cubrimos con el paño de algodón para que no se reseque mientras crece. Dejamos reposar durante dos horitas hasta que los roscones doblen su tamaño.
Batimos los huevos y añadimos unas gotas de leche, este truco evitará que mientras se hornea el huevo se queme y te quedará super bonito. Pintamos con la mezcla de huevo batido y leche, siempre muy suavemente con una brocha de silicona pues no queremos pinchar el roscón.
Preparamos el azúcar humedecido. Ponemos en un cuenco el azúcar granulado y vamos agregando gotitas de agua, mezclamos con los dedos y cuando este bien apelmazado, esparcimos sobre los roscones al gusto.
Al mismo tiempo tostamos en una sartén las almendras fileteadas o el crocanti, incluso podemos añadir otros frutos secos que tengamos a mano, las nueces también le van de lujo.
Precalentamos el horno a 200°, temperatura arriba y abajo. Introducimos primero un roscón y luego el otro.
El tiempo de horneado es de 18 a 20 minutos a 180º pero depende del horno. Bajamos la temperatura a 170° los últimos 10 minutos de cocción y si vemos que se tuesta demasiado ponemos un poco de papel de aluminio por encima hasta que acabe de hornear. Sacamos del horno y dejamos enfriando uno mientras horneamos el segundo. No os imagináis como huelen, sólo por el aroma tenéis que prepararlos en casa aunque sea una vez.

Dejamos enfriar y ya podemos presentar en rodajas con un café con leche o con lo propio en la noche o el día de Reyes: un gran tazón de chocolate caliente. Recordad que el que encuentre el detalle debe superar una prueba que le pongan los demás invitados, si lo compráis la tradición manda pagar el Roscón…

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